EL AUDITOR Y LAS NORMAS CONTABLES DE AUDITORIA Y TRIBUTARIAS

EL AUDITOR.-
Es el Contador Público Colegiado, dedicado en forma profesional y exclusiva a la realización de las Auditorías, Exámenes Especiales, Certificación de Estados Financieros y Otros que le permita la Ley de Profesionalización del Contador Público, y otras disposiciones legales vigentes.
El Auditor para ejercer el cargo debe tener amplios conocimientos de la ciencia Contable, los Principios Generalmente Aceptados de Contabilidad, las disposiciones legales vigentes, las Normas Internacionales de Auditoría, las Normas Internacionales de Contabilidad, debe conocer las técnicas y procedimientos de Auditoría a emplearse y debe tener experiencia en la realización de dichas labores.
El Auditor, debe estar altamente calificado para manejar la información y las técnicas de análisis. Es el responsable de establecer los objetivos del control, debe revisar los controles internos y evaluar los resultados para determinar las áreas que requieren correcciones.
El Auditor a parte de la experiencia y conocimientos, debe tener una conducta intachable y a toda prueba, la que hará prevalecer al momento de emitir sus informes o dictámenes, debiendo practicar en forma irestricta el respeto y acatamiento a los postulados de la Etica Profesional.
El Auditor debe proceder en forma digna, legal, veraz, y de buena fe, sin amparar en ningún caso simulaciones ni prestarse a hechos incorrectos y fraudulentos.
El Auditor, reconoce y aplica los procedimientos particulares que él conoce para realizar una exploración y revisión crítica de los controles internos y los registros contables, a fin de adquirir suficiente información que le permita efectuar una opinión sustentada sobre la Entidad o Empresa que examina.
El Auditor tiene una función dinámica, pues a medida que pone sus conocimientos en función de la planificación, organización y dirección, contribuye a lograr información completa y oportuna para la toma de decisiones y el control de la Empresa o Entidad.

COMPETENCIA PROFESIONAL DEL AUDITOR.-
El criterio Profesional del Auditor se encuentra inmerso en todos los aspectos del trabajo de Auditoría debido a que debe ser constantemente aplicado en la evaluación de las razonabilidades de las valuaciones y estimaciones que debe realizar a lo largo de cada labor que se le encomienda.
El Contador Público Colegiado en su función de Auditor independiente, debe mantener su nivel de competencia profesional, sus conocimientos actualizados, debe conocer los Principios fundamentales de la Contabilidad, las Normas Internacionales de Auditoría, las técnicas contables, la legislación inherente a la profesión y a la Auditoría.
El Auditor para asumir su responsabilidad por una Auditoría, debe tener conocimiento de la actividad que realiza la empresa de forma suficiente para poder identificar y comprender las transacciones realizadas por la misma y las técnicas contables que aplicó para el registro de sus operaciones.
Antes de aceptar un trabajo, el Auditor deberá tener conocimiento preliminar de las actividades de la empresa o entidad, para lo cual recabará información de la Gerencia tanto de la estructura organizacional como de la complejidad de las operaciones, y el grado de exigencia requerido para realizar el trabajo de Auditoría, de tal modo que pueda evaluar si está capacitado para asumir dicha responsabilidad.
Un buen criterio Profesional exige generalmente experiencia e idoneidad del Auditor y su equipo de trabajo, de tal manera que los más experimentados del equipo intervengan en las decisiones importantes de la planificación para identificar las areas que requieren mayor énfasis, determinando de antemano los procedimientos de Auditoría a aplicarse; de igual manera intervendrán en la etapa de conclusión del trabajo para emitir su opinión antes de que se elabore el informe o Dictamen de Auditoría.

INDEPENDENCIA DEL AUDITOR.-
El Auditor debe tener independencia de criterio y decisión y no dejarse influenciar por factores externos o internos, de tal manera que siempre mantenga su criterio de independencia frente a la entidad o empresa que va auditar y a los funcionarios de la misma.
El Auditor está impedido de efectuar trabajos de Auditoría, en empresas en las que laboró en forma dependendiente o independiente, por lo menos dos años después de haberse retirado de ella, y si tiene que realizarlas debe ser de períodos donde no tuvo vinculo laboral con la Empresa.

RESPONSABILIDADES DEL AUDITOR.-
El Auditor debe tener el máximo cuidado en el trabajo que realiza y en la elaboración de su dictamen y conclusiones, su opinión debe estar presentada con total imparcialidad y en forma objetiva y con evidencias claras y concretas.
El Auditor debe tener presente que tiene total responsabilidad por lo indicado en su informe, por lo que es necesario que cuente con todas las pruebas concernientes a los casos observados.
Para fines de sustentación y cuando sea requerido por las entidades fiscalizadoras, el Auditor debe conservar sus papeles de trabajo por lo menos en un lapso de 5 años a partir de la realización del trabajo de Auditoría.
Las conclusiones de los dictámenes e informes, por consiguiente, deben basarse exclusivamente en las pruebas obtenidas y unificadas de acuerdo con las Normas Internacionales de Auditoría. Es importante e imprescindible mantener la neutralidad e independencia de criterio.
Los Auditores deben evitar toda clase de relaciones con los directivos y el personal de la entidad fiscalizada y otras personas que puedan influenciar en el trabajo que realiza. Los Auditores tienen la obligación de actuar en todo momento de manera profesional y de aplicar elevados niveles éticos y morales en la realización de su trabajo con el objeto de desempeñar sus responsabilidades de manera competente y con total imparcialidad.
NORMAS TECNICAS DEL AUDITOR.- Son los requisitos mínimos indispensables de la personalidad del Auditor, del trabajo que desempeña y la información que ofrece como resultado de su labor. Estas Normas regulan las condiciones que debe reunir el Auditor y su comportamiento en el desarrollo de la actividad de Auditoría. y estas son:
1. - Formación y Capacidad Profesional.- La Auditoría debe ser realizada por un Contador Público Colegiado que tenga formación técnica y capacidad profesional como Auditor, y tenga la autorización exigida legalmente. El Auditor, para mantener su capacidad profesional, debe llevar a cabo una actualización permanente de sus conocimientos, tanto en el aspecto técnico como en cuanto a sus conocimientos generales de la profesión. La experiencia profesional es necesaria para acceder al ejercicio de la Auditoría la cual se obtendrá mediante la ejecución de trabajos bajo la supervisión y revisión de un Auditor con experiencia y en ejercicio.
2. - Independencia, Integridad y Objetividad.- El Auditor durante su actuación profesional mantendrá una posición de absoluta independencia, integridad y objetividad. La independencia supone una actitud mental que permite al Auditor actuar con libertad respecto a su juicio profesional, para lo cual debe encontrarse libre de cualquier predisposición que limite su imparcialidad en la consideración objetiva de los hechos, así como en la formulación de sus conclusiones. La integridad debe entenderse como la rectitud intachable en el ejercicio profesional, que le obliga, en el ejercicio de su profesión, a ser honesto y sincero en la realización de su trabajo y la emisión de su informe. En consecuencia, todas y cada una de las funciones que ha de realizar han de estar presididas por una honradez profesional irreprochable. La objetividad implica el mantenimiento de una actitud imparcial en todas las funciones del Auditor para ello deberá gozar de una total independencia en sus relaciones con la entidad auditada. Debe ser justo y no permitir ningún tipo de influencia o prejuicio. Para ser y parecer independiente, el Auditor no debe tener intereses ajenos a los profesionales, ni estar sujeto a influencias susceptibles de comprometer tanto la solución objetiva de los problemas que puedan serle sometidos, como la libertad de expresar su opinión profesional. El Auditor debe ser siempre independiente y abstenerse de aceptar el encargo de Auditoría en todos aquellos casos en que incurra en una situación incompatible con el ejercicio de sus funciones y, en concreto, en los casos contemplados por la Ley y el Código de Etica Profesional.
3. - Diligencia Profesional.- El Auditor en la ejecución de su trabajo y en la emisión de su informe actuará con la debida diligencia profesional. La debida diligencia profesional impone a cada persona de la organización del Auditor, la responsabilidad del cumplimiento de las Normas en la ejecución del trabajo y en la emisión del informe. Su ejercicio exige, asimismo, una revisión crítica a cada nivel de supervisión del trabajo efectuado y del juicio emitido por todos y cada uno de los profesionales del equipo de trabajo de Auditoría. El Auditor debe aceptar únicamente los trabajos que pueda efectuar con la debida diligencia profesional. El Auditor debe demostrar su diligencia profesional en los papeles de trabajo, lo cual requiere que su contenido sea suficiente para suministrar el soporte de la opinión.
4. - Responsabilidad.- El Auditor es responsable del cumplimiento de las Normas de Auditoría establecidas, y a su vez responsable del cumplimiento de las mismas por parte de los profesionales de su equipo de Auditoría. El Auditor es responsable de su informe y debe realizar su trabajo de acuerdo con las Normas Internacionales de Auditoría. Su trabajo no está específicamente destinado a detectar siempre irregularidades de todo tipo que hayan podido cometerse y, por lo tanto, no puede esperarse que sea siempre uno de sus resultados. No obstante, el Auditor debe planificar su examen teniendo en cuenta la posibilidad de que pudieran existir errores o irregularidades con un efecto significativo para la Empresa.
5. - Secreto Profesional.- El Auditor debe mantener la confidencialidad de la información obtenida en el curso de sus actuaciones. El Auditor ha de mantener estricta confidencialidad sobre toda la información adquirida en el transcurso de la Auditoría concerniente a los negocios de sus clientes y, excepto en los casos previstos en la Ley, no revelará el contenido de la misma a persona alguna sin autorización del cliente. No obstante, el Auditor deberá recoger en su informe cualquier negativa del cliente a mostrar toda la información necesaria para expresar la imagen fiel de sus operaciones. El Auditor tiene, asimismo, el deber de garantizar el secreto profesional en las actuaciones de sus ayudantes y colaboradores. La información obtenida en el transcurso de sus actividades de Auditoría no podrá ser utilizada en su provecho ni en el de terceras personas. El Auditor deberá conservar y custodiar durante cinco años, a contar desde la fecha del informe, la documentación de la Auditoría realizada, incluidos los papeles de trabajo del Auditor que constituyen las pruebas y el soporte de las conclusiones que constan en el informe o dictamen emitido.

NORMAS DE AUDITORIA GENERALMENTE ACEPTADAS.-
Las Normas de Auditoría son los principios y postulados básicos que constituyen una guía y orientación técnica para la actuación del Auditor, en una determinada labor profesional.
Las Normas de Auditoría Generalmente Aceptadas (NAGA), es el conjunto de principios, lineamientos, políticas, a tener en cuenta en todo proceso de Auditoría, ya sea en una Entidad o Empresa Pública o Privada.
En el Perú, las Normas de Auditoría Generalmente Aceptadas (NAGA), fueron aprobadas para su utilización en el II Congreso Nacional de Contadores Públicos, realizado en el año de 1968, y constantemente se somete a revisión en estos eventos profesionales.

CLASIFICACION DE LAS NORMAS DE AUDITORIA GENERALMENTE ACEPTADAS.- (NAGA).
Las Normas de Auditoría Generalmente Aceptadas, se encuentran divididas en:
1. -Normas Generales o Personales.
2. -Normas para la Ejecución del Examen.
3. -Normas para el Informe o Dictamen.

1. -NORMAS GENERALES O PERSONALES.-
Entrenamiento técnico y capacidad profesional.
Independencia de criterio.
Esmero Profesional.
El entrenamiento técnico es el medio indispensable para desarrollar la habilidad practica necesaria para el ejercicio de la profesión y junto con el estudio y la investigación constantes se integran como fundamento de la capacidad profesional.
La actividad profesional esta sujeta a la apreciación personal y, por ende, al error. El hombre es falible y consiente de ello, el profesional debe esforzarse para reducir a un mínimo ese grado de error mediante un trabajo acucioso, es decir, con cuidado y diligencias profesionales.
La independencia mental es la capacidad para expresar juicios y opiniones imparcialmente, sin alterarlos en sentido alguno por presiones económicas, familiares, sociales o de cualquier naturaleza.
La independencia de criterio tiene relevante importancia en el caso del Auditor porque sus expresiones u opiniones, dichas en el dictamen, tiene interés para la Empresa que audita y para los dueños de la misma, a los que una afirmación contraria a la realidad les puede acarrear graves consecuencias.

2. - NORMAS DE EJECUCION DEL EXAMEN.-
Planificación y Supervisión.
Estudio y evaluación del control interno.
Obtención de evidencia suficiente y competente.
Si se planea el trabajo a desarrollar se establece una situación que garantiza razonablemente la atención de los puntos más importantes, así como la aplicación de los procedimientos mínimos para la obtención de elementos suficientes para dar nuestra opinión esto correspondería a la planeación o planificación.
En la práctica el Auditor para ejecutar el trabajo forma grupos de Auditoría, esto implica delegación de funciones, la misma que no lo releva de su responsabilidad total, esta circunstancia hace necesaria la supervisión del trabajo para de esta forma estar seguro que el trabajo desarrollado por el equipo cumple su objetivo y proporciona información completa y adecuada.
Al formular el programa de trabajo el Auditor debe establecer los procedimientos, su alcance y su oportunidad, pero para esto depende mucho el tipo de empresa y de sus particularidades operativas, ello hace necesario el estudio y evaluación del control interno existente para que basado en el resultado obtenido se determinen claramente dichos procedimientos, su alcance y su oportunidad.
Los resultados que obtenga el Auditor deben ser suficientes y competentes, en otras palabras, debe mostrar certeza de que los hechos que se están tratando de probar, o los criterios cuya corrección se están juzgando, han quedado satisfactoriamente comprobados y se refiere a aquellos hechos, circunstancias o criterios que realmente tiene importancia en relación con lo examinado.
3. - NORMAS PARA EL INFORME O DICTAMEN.-
Cumplimiento con los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados.
Uniformidad en la aplicación de los Principios Contables.
Información necesaria y relevante en forma suficiente.
Opinión en el Dictamen.
Como consecuencia de su trabajo, el Auditor emite una opinión en la que expresa el resultado del trabajo desarrollado y las conclusiones a que ha llegado. A esa opinión se le llama dictamen y por su importancia se han establecido las normas que regulan su calidad, las mismas que deben contener lo dispuesto en las Normas Internacionales de Auditoría.
METODOLOGIA DE LA AUDITORIA.-
En general, la Auditoría moderna es un proceso metodológico y como tal tiene un esquema de proceso común a todos los proyectos. Este esquema se resume en las siguientes cinco fases:
Toma de contacto
Planificación
Desarrollo de la auditoría
Diagnóstico
Conclusiones
Este esquema es lo suficientemente general como para que pueda ser adoptado por cualquier empresa de servicios de Auditoría que trabaje bajo la filosofía del proyecto. Además, tiene la ventaja de que permite un seguimiento sencillo de la actividad Auditora. Por ello, la especificación de una secuencia de fases de este tipo puede ser considerada como un elemento a tener en cuenta a la hora de la redacción del pliego de observaciones técnicas.

1. - Toma de contacto.-
En esta etapa se recaba toda la información relevante referente a la organización de la Empresa o Entidad a Auditar. La información debe ser de todo tipo, partiendo desde el organigrama, documentos de constitución, planes operativos, presupuestos, etc.

2. - Planificación.-
La fase de planificación comienza por una evaluación de los problemas y/o resistencias que se hayan podido encontrar en la toma de contacto. Es importante esta evaluación para identificar aquellas áreas problemáticas a las que probablemente haya que dedicar más tiempo y recursos.

3. - Desarrollo de la Auditoría.-
Esta es la fase de recoger la información. Para evitar en lo posible que la información se vea empañada por las opiniones personales del Auditor, éste posee una serie de herramientas para sistematizar el proceso de observación.
Algunas de estas herramientas son:
Cuestionarios.
Entrevistas.
Observación.
Informes escritos, etc.
Durante toda esta fase se establece un estrecho contacto con el personal de la entidad o empresa. Es pues importante mantener una correcta disposición de escucha activa y respeto por las opiniones de las personas que deben emitir sus informes y comentarios.

4. - Diagnóstico.-
Cuando se ha terminado la recopilación de datos se procede al análisis de los mismos, con el fin de efectuar la identificación de los puntos que requieren mayor observación. El diagnóstico debe basarse en datos objetivos, presentados en forma de cifras, medidas estadísticas, casos extraídos tal cual de la organización, sucesos concretos, etc. No deben permitirse los juicios de valor que puedan derivarse de los gustos u opiniones personales del Auditor.

5. - Conclusiones.-
La presentación de conclusiones es un proceso a realizar en pasos sucesivos, de menor a mayor alcance. Primeramente, se efectuarán por áreas, informando de las conclusiones provisionales a las personas afectadas, de forma que puedan dar su opinión y que ésta se vea reflejada en la conclusión final. Esto es, si el equipo Auditor opina que la causa de una deficiencia está localizada en un punto específico y las personas responsables del área no son de la misma opinión, las dos visiones del problema deben presentarse en la conclusión final, si bien debidamente diferenciadas. Esto da al informe de Auditoría una objetividad mucho mayor, sin comprometer para nada su independencia, dado que antes o después habrá que recabar la segunda opinión.
Por tanto, se debe exigir a los Auditores el contraste de sus conclusiones en el momento de la presentación del informe final.

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